Hemos visto en clase que los objetivos de una empresa pueden enfocarse sobre: costes, flexibilidad, calidad, entregas y servicio al cliente. En función de la estrategia de cada empresa, se priorizarán unos u otros. 

No obstante, según evolucionamos, nos vamos haciendo más exigentes. Tenemos más cosas y queremos más cosas. Esto hace que los objetivos mencionados tengan que ser dinámicos y evolucionar a la par que lo hacen nuestras exigencias. 

Por ejemplo, en el caso de las entregas, además de ser requisitos indispensables la puntualidad, la facilidad de devolución, etc.  se han creado servicios adicionales para “mimar” al cliente. Me estoy refiriendo al servicio de seguimiento, también llamado  “tracking de pedidos”. Este es un sistema que permite, mediante un código de seguimiento de cada paquete, conocer en cada momento donde se encuentra así como sus posibles incidencias. Las principales compañías de transporte, tanto extranjeras como españolas, como Fedex, SEUR o dhl, constan de este servicio. En la propia página web de estas compañías se puede realizar el seguimiento del pedido introduciendo el número de seguimiento. 

 Este servicio, que en un principio puede parecer innecesario o inútil, puede determinar una venta, ya que otorga seguridad al cliente. Cuando éste recibe el número de tracking de su pedido y el nombre de la empresa que se lo llevará a su domicilio se queda más tranquilo porque sabe que el pedido está en camino. 

Este ejemplo muestra cómo evolucionan los servicios que ofrecen las compañías para satisfacer nuestras “necesidades” y pone de manifiesto la importancia actual de uno de los objetivos ya mencionados anteriormente, la FLEXIBILIDAD.